Con la piratería de contenidos alcanzando una escala industrial, la seguridad de la vieja escuela tiene cada vez menos impacto y corre el riesgo de molestar a los consumidores que pagan tanto como a los piratas. Un nuevo enfoque basado en los datos puede centrarse en los comportamientos más arriesgados con precisión quirúrgica: acabar con los delincuentes al tiempo que se mejora la experiencia de usuario para todos los demás.